Diario de una vida

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Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

sábado, 10 de julio de 2010

Sobre la vida y la inevitabilidad de la muerte

Acabo de terminar de leer el libro de Paulo Coelho "Verónika decide morir". Lo único que puedo sacar después de esta primera lectura, es que hay que ser conscientes de nuestra propia vida para poder vivirla, sin que llegue algún día la amargura a ella; que conocer la inevitabilidad de la muerte, nos permite vivir cada día como si fuera el último. Sólo después de su intento de suicidio, y de conocer que le quedaban unos pocos días de vida, Verónika decide vivir, pero vivir realmente, esos últimos días de vida, sintiendo lo que nunca antes se había permitido sentir (odio, amor, felicidad, deseo...), empieza a hacer cosas sin importarle lo que pensarían los demás, empieza a confiar, a conocerse a sí misma, la única persona con la que había convivido toda su vida sin llegar a conocer nunca... Es, para ella, como nacer de nuevo. Cada día es un milagro para ella. Y, como sabe que en pocos días morirá, hace todo lo que quiere hacer y que, muy interiormente, siempre deseó hacer.
¿Acaso es necesario llegar a un estado tan frágil de vida, con nuestros días contados, para empezar a vivir realmente?
No necesariamente. En la historia, Verónika cambia la perspectiva de la vida de los pacientes con los que convive (pues después de su intento de suicidio fue internada en un manicomnio), y les hace ver lo frágil que es la vida, y que, aunque no tengan los días contados, de la misma forma que ella, se dan cuenta de que algún día, inevitablemente, también morirán, aunque no sepan cuando llegará ese día, por lo que también deciden aprovechar los días que queden de su existencia (sean pocos, o sean muchos) en hacer lo que siempre quisieron hacer, pero que, de alguna manera, nunca tuvieron el valor para hacerlo. ¿Por qué? Por la sociedad, el temor al qué dirán, por ser lo que se supone que deben ser, pero, más importante, porque ellos mismos no se lo permitieron.
Hay que permitirse ser diferentes, ser nosotros mismos, no limitarnos, no encerrarnos en una prisión de cristal, donde podemos ver hacia afuera pero no escapar, hay que permitirnos un poco de locura, que la alegría de vivir entre a nuestras vidas, pues solo así podremos vivir, y no simplemente contemplar la vida pasar. No hay que esperar a que nos digan que el fin de nuestra existencia está próximo, o sobrevivir después de un accidente, hay que empezar a la voz de ¡ya!, a partir de ahora. ¿Qué mejor día que hoy para empezar a recorrer el camino a nuestros sueños? ¿Qué mejor día que hoy para empezar a vivir nuestra vida?

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