Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

domingo, 29 de junio de 2014

Cuestión de actitud

Acostumbrada a películas y libros más infantiles que realistas, donde el/la protagonista tiene que superar varios obstáculos, se equivoca muchas veces pero al final aprende cosas que le ayudan a salir de sus problemas, que muchas veces son los que él/ella misma han creado, y se da cuenta que aquello que siempre quiso es lo que siempre tuvo y por sus errores estuvo a punto de perder, y le da un nuevo valor a las cosas que tiene, sabiendo lo importantes que son en realidad, y sale de la experiencia más fuerte, más sabio/a, más valiente... pensaba que el mundo podría ser algo así, que sin importar las pruebas que se presenten en mi camino podría salir adelante, que las cosas suceden si quiero que sucedan y trabajo para que sucedan...
Desafortunadamente, la realidad me mostró algo muy distinto... la vida no es una historia con final feliz, los buenos no obtienen lo que quieren, y los malos no reciben su justo castigo; sobre todo por el hecho de que los buenos y los malos no están tan bien definidos como en esas historias...
Cuando alguien hace algo malo o algo bueno, no siempre define su forma de ser...hay todo un trasfondo de su historia que no conocemos y, por lo tanto, no podemos saber su motivación para hacer lo que hacen, o por qué son como son; nadie es totalmente bueno o totalmente malo, y eso dificulta un poco realizar juicios sobre una persona... 
Además, la vida no siempre es "justa". No se le puede llamar de esa manera. Cuando ocurre algo malo, le puede pasar a cualquier persona, sin importar que sea una "buena" persona. Cualquier cosa puede pasarle a cualquier persona en cualquier momento.
Y así es como se transformó mi forma de pensar: de una romántica, idealista y soñadora, a alguien que empieza a ver la realidad, para descubrir que no es cómo lo pensaba, teniendo que endurecer su corazón para no que no se rompa en la caída de la imaginación a la realidad... impidiendo también ver las cosas buenas de dicha realidad...
Pero no todo está perdido: aún queda la esperanza de que, con ayuda de Dios, todo mejorará. Las oportunidades no se han acabado... si acaso, disminuyeron un poco, pero no demasiado... todavía quedan muchas más, y otras diferentes...  sobre todo, está la oportunidad de aprender a disfrutar de la vida, y de las situaciones, de las personas y todas las cosas que pasan, de aprender a vivir plenamente, sin preocuparme demasiado por mi condición de salud, sino tomándola como una oportunidad para vivir día a día... de quitar mi semblante de preocupación, de secar las lágrimas y cambiarlos por una sonrisa... de realizar nuevas actividades, de adquirir nuevos y mejores hábitos, de empezar nuevos proyectos... Todo es cuestión de actitud. De nada serviría lamentarme cuando puedo usar ese tiempo para hacer todas esas cosas... Y que no sea tanto por mi familia, que mostrarme fuerte frente a ellos para no preocuparlos no es una solución; la solución es realmente ser fuerte, y salir adelante.

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