Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

domingo, 1 de diciembre de 2013

Quisiera creer que soy más madura de lo que era; en algunos aspectos puede que sí, pero aún me falta mucho camino por recorrer. Con todas las cosas que me han pasado últimamente, he reconsiderado mi visión de las cosas, la perspectiva desde la que veo el mundo ha cambiado, para ser un poco más realista de lo que era, y eso es en lo que pienso que he madurado.
Por una situación en la que me metí sin querer, sé que las personas no siempre son lo que parecen, que no hay que apegarse o confiar demasiado en ellas, porque llega un momento en el que no importa todo lo que han pasado juntas, simplemente te olvidan, te dejan, te hacen a un lado para dar paso a algo "mejor" o más conveniente, o bien ya lograron su objetivo y ya no te necesitan. Es triste, pero no es el fin del mundo. Cada vez que confiaba en alguien, demostraba que no era digna de mi confianza, y pensé que esta vez sería diferente, pero me equivoqué. Sin embargo, no voy a permitir que esa clase de experiencias me hagan amargada o desconfiada. Yo sigo confiando en las personas, hasta que demuestren que no tengo que hacerlo. 
Y, dejando de lado ese tema, he aprendido que hay cosas más importantes que aquellas que consideraba importantes. El hecho de pasar tantos días enferma y sin saber de qué puso las cosas en perspectiva. Ahora es más fácil rechazar una salida con mis amigos para estar con mi familia, que estuvo conmigo cuando enfermé. 
Aunque ahora sé que hay cosas más importantes, me siguen preocupando las cosas comunes, que parecen sin importancia, como la nostalgia que siento cada vez que veo a algunos de mis amigos, que tienen novio o novia, y me recuerdan que yo no tengo novio, y pienso que, si tuviera, me hubiera acompañado también esos horribles días de enfermedad. Y también pienso en lo tonto que parece pensar eso, cuando hay otras cosas más importantes. Como por ejemplo, que debo seguir cuidando mi salud, porque estoy todavía enferma, y no sé por cuánto tiempo más seguiré enferma, ya que existen dos posibilidades: una enfermedad temporal, o para toda la vida. Lo segundo suena más triste, y sería horrible, porque llegaría un momento en el que empeoraría, y no podría hacer nada. Tengo miedo que sea así, esa segunda opción tan aterradora. A simple vista, no parece tan mala la enfermedad, me veo normal, camino normal, y hago todo lo que hacía antes, pero, dentro de muchos años, si se notará. Entonces intento pensar que es la primera opción, y que se quitará eventualmente. Tengo confianza en que sea así.
Por eso la confusión tan rara, los pensamientos contradictorios. Ya que, aún sabiendo eso, sigo pensando de esa forma, aunque trato de no pensar tanto en ese sentido, ya que las cosas pasarán cuando tengan que pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario