Diario de una vida

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Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

lunes, 8 de julio de 2013

Reencuentro... yo una vez más

Hace algunos años, aproximadamente cinco, empecé a hablarle a un chico de mi escuela, que era considerado guapo y popular, dos años mayor que yo. A casi todas mis compañeras les gustaba, o al menos les llamaba la atención. Y había dos de ellas, que decían ser mis amigas, aunque descubrí que no lo eran realmente. Demasiada envidia en esa pretendida amistad, pero también demasiado que ganar para ellas siendo mis amigas. Como sea, encontré amigos mejores, y las calificaciones de ellas decayeron. Pero no era suficiente, ni para mi ni para mis nuevos amigos. Entonces empecé a hablarle a ese chico, sinceramente, desde el principio; le dije el motivo por el que le empezaba a hablar... y fue muy comprensivo al respecto. Meses después, hice las paces con ellas, pero no supe si el motivo fue sus muchos exámenes reprobados, y el repentino descenso de sus calificaciones, o que querían que les presentara a mi nuevo amigo. Como sea, no les ayudé ni en una cosa ni en otra, pero al menos dejaron de hablar mal de mi, y yo dejé de ser tan presumida de mi nuevo amigo, aunque no le dejé de hablar. 
Toda esa historia se mostraba confusa en mi mente, sólo recordaba fragmentos, cosas sin importancia, no pensaba mucho en ella, ya que esas amigas se cambiaron de escuela al finalizar el semestre, y ese chico salió de la escuela, tuve más amigas, y más amigos después, de alguna manera más entrañables, recuerdos inolvidables con ellos, y una amistad que permanece incluso después de tanto tiempo, y de las circunstancias en las que se originó. Pero escribo acerca de esto, porque encontré el relato de esa historia, escrito por mi mientras sucedía: un diario, dedicado únicamente a esa pequeña historia de casi tres meses. Sinceramente, no recordaba que yo podía ser de esa forma, no parecía yo. Recuerdo que siempre, una de mis compañeras, a la que también le gustaba ese chico, siempre me decía "nos vemos a la salida" y yo le decía que si, cuando quisiera. Naturalmente, nunca me hizo nada después de semejante respuesta de mi parte, de que nunca le huí, y de que practicaba Lima-lama. Ahora no sé si me mostraría tan segura si alguna de mis compañeras quisiera "verme a la salida". O si me atrevería a hablarle a un chico que no conozco por una razón tan tonta... no fui muy valiente ese día, porque estaba temblando, en serio mucho, y no sé de donde saqué el valor para hablarle a pesar de eso. Ahora casi me parece imposible. Es cierto que le dije al chico que me gusta eso, que me gusta, pero de una manera que yo nunca planeé, porque de haberlo planeado, hubiera sido muy diferente y en otras circunstancias (ese el punto, creo yo, que nunca planeé decirlo porque no quería decirlo, sólo pasó). 
Esa amistad que empezó por los motivos equivocados fue muy bonita aunque, naturalmente, no duró mucho. Y, de nuevo, la cuestión no es esa, sino el hecho de que piense que fui de una manera en la que no me reconozco; a pesar de eso, creo que quiero volver a ser así... y no sé si eso sería bueno o malo.

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